OBISPOS-CATÓLICOS-ESPAÑOLES-2004

CARLOS LANUZA

“Creo que si los obispos hubieran tomado públicamente posición todos a la vez,

en un día preciso, desde el púlpito, habrían podido impedir muchas cosas.

No sucedió y para eso no hay ninguna disculpa.”

Konrad Adenauer [1][1]

 

ECLESALIA, 20/10/04.- El que en julio de 1948 sería elegido Presidente de la recién constituida República Federal Alemana se expresaba de este modo, lamentando la etapa del nacionalsocialismo, el holocausto de 6 millones de judíos y el silencio prolongado (1933-1945) de los responsables de las Iglesias cristianas en Alemania.

Ignoro si nuestros obispos-católicos-españoles-2004 conocían este texto. Lo que sí sé es que han querido tomar públicamente posición todos a la vez, en un día preciso –un domingo próximo pasado- desde el púlpito. Es decir, que se hizo llegar a todos los ministros de la Iglesia un documento elaborado por la Conferencia Episcopal Española, para que fuera leído desde el púlpito –es decir, en el momento de la homilía- de cada una de las iglesias católicas españolas donde se celebra la Eucaristía cada domingo.

Es interesante el asunto ya que se trata de algo en discusión que viene desde antiguo:

Pregunta:

“¿Debe la Iglesia –Católica, pero igualmente Evangélica-Luterana, u otras- tomar públicamente posición ante la sociedad civil en asuntos que afectan a la sociedad aunque no sean expresamente asuntos religiosos?”

Respuesta:

“La Iglesia Católica ya ha hablado por boca de sus miembros, actuantes en la vida social y política, los cuales actúan desde sus propias percepciones pero guiados por los principios básicos que el Magisterio de la Iglesia pone a su disposición. Por tanto no es necesario que los obispos-católicos-españoles publiquen un documento especial con motivo de la reciente intervención de algunos países en Irak.”

Así se expresaban algunos obispos en el mes de marzo de 2001, tras la invasión armada de Irak. Recordemos que algunos medios de comunicación pedían entonces a la Conferencia Episcopal Española una toma de postura en contra de la guerra y a favor de la paz.

(Ambos asuntos, luego expresados con claridad por Juan Pablo II, al que el Presidente del Gobierno Español, Sr. Aznar y Sra., visitó sonriente y respetuoso, pero desobediente hasta el extremo, aún siendo católico confesante).

Pues no hubo Documento de la Conferencia Espiscopal Española sobre la invasión de Irak.

Pero sí lo ha habido sobre el proyecto, recientemente anunciado, de legalizar las uniones de personas del mismo sexo del mismo modo que lo pueden hacer las de distinto sexo. Como a esa fórmula se le ha llamado, de momento verbalmente y sin discusión en las Cámaras, matrimonio, los obispos, ahora sí, se han apresurado a hablar, aunque tampoco se trate de asuntos expresamente religiosos.

Pregunta:

“¿Por qué todo lo referente a la sexualidad del ser humano es considerado como asunto importante para que los obispos-católicos-españoles, todos ellos solteros por carisma especial, se sientan urgidos a tomar públicamente posición aun cuando se trate de asuntos de la vida de la sociedad civil?”

Respuesta:

“Todo lo que afecta a la persona interesa a la Iglesia. Las cuestiones referentes al comportamiento moral son cuestiones preferentes para que los obispos orienten y guíen a toda la sociedad, misión recibida de Dios mismo.”

Es curioso que se consideren asuntos muy importantes los referidos a la sexualidad, la convivencia, las relaciones personales/íntimas entre los miembros de la sociedad, a los que hay que dirigirse aunque no sean cristianos confesantes, y que no se piense igual de otros asuntos:

ü        hemos citado la guerra o invasión de un país por otro u otros

ü        Adenauer se refería al exterminio de 6 millones de judíos, a más de otras babaries conocidas

ü        y podemos añadir, por ejemplo, los efectos de la aplicación del Reglamento de la Ley de Extranjería en nuestro país, que ha condenado a la clandestinidad y al abuso a centenas de miles de inmigrantes

ü        ¿se os ocurren algunos otros temas similares?: (espacio reservado para anotaciones)

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Preguntas:

“¿Podrán los obispos-católicos-españoles estar atentos y conocer los problemas que preocupan profundamente a la sociedad española? ¿Podrán tener la capacidad de anunciar ante la sociedad española el Gozo y la Esperanza –“Gaudium et Spes”- que la familia de la Iglesia vive, amasa y ofrece al mundo? ¿Podrán alentar con sus palabras, gestos y presencias los trabajos y esfuerzos de tantos y tantas que en la sociedad española van siendo sal y luz, fermento y levadura?”

Respuesta:

“¿Cómo? ¿Qué? No entendemos la pregunta... Mire usted: nosotros....”

Pero... ¡no se pongan nerviosos!, no: hay cosas que sí se han dicho en su momento, sólo que ni ustedes mismos les han dado mucha importancia, al menos no han puesto mucho énfasis en darles la misma publicidad, incluso podríamos preguntarnos si han tratado de actuar en consecuencia.

Se me ocurre, como ejemplo:

ü        Documento de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar: Cristianos laicos, Iglesia en el Mundo

ü        Documento de la Comisión Episcopal de Pastoral Social: De ti depende que no sea excluido

ü        Antonio Mª Rouco, cardenal-arzobispo de Madrid, Extranjeros en Madrid

Y también documentos de la Iglesia en general, tales como:

ü        Concilio Vaticano II, Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual, “Gaudium et Spes” (cfr. nn. 63ss)

ü        Concilio Vaticano II, Decreto sobre el Ecumenismo (cfr. nn. 1.4)

ü        Juan Pablo II, Carta-encíclica Centesimus Annus (cfr. nn.34.38)

ü        Juan Pablo II, Carta apostólica Novo Millennio Ineunte (cfr. nn. 43-45.49.50)

Se me ocurre que está bien decir lo que pensamos –somos herederos de la experiencia profética de Israel- y decirlo con claridad y respeto. Pero cuidado: no sea que estemos juzgando muy desde fuera, un tanto al margen de la vida y de las personas sobre las que opinamos: que al paso de los años todo se ve de otra manera... Y, sobre todo, el amor: porque si no tengo amor nada soy (Cfr. 1 Cor 13,1ss).

Y no basta con empezar el documento o la homilía diciendo aquello de: “queridos hermanos”. A veces las palabras son falsedad si no van acompañadas de gestos reales de cercanía, de diálogo, de conocimiento real, de las cosas y de las personas... Al menos, así lo entiende la sociedad, que se escandaliza ante la rigidez y dureza con la que a veces juzgamos a los de lejos y la habilidad con la que encubrimos los defectos y abusos de los de dentro.

Para terminar: ojalá los documentos de los obispos-católicos-españoles hablen de todo lo que nos preocupa e interesa, se fijen sobre todo en los asuntos importantes, traten siempre de iluminar, orientar y dar gozo y esperanza al mundo y, desde luego, empecemos nosotros mismos por tenerlos en cuenta. Ya lo dice la gente: “Consejos vendo y para mí no tengo”.

Si estás de acuerdo... pásalo. Y danos tu opinión: sobre todo, dásela a tu obispo...

Carlos Lanuza: carlanuza@hotmail.com