Asamblea fin de curso

Rocafort, 25 de junio de 2017.

Una vez más, en la casa familiar de los Iborra hacia las 11 y tras la oración, nos reunimos por equipos de revisión de vida. Revisamos el año desde un reciente texto del papa Francisco a la Acción Católica.

Julia nos habló de la propuesta de la Fundación Novaterra para que colaboremos con ellos. En la Asamblea de principio de curso, que será el último fin de semana de setiembre, trataremos este asunto.

rocafort

ORACIÓN DE LA MAÑANA

Canto: The king of god
¿De qué iba aquel sueño?
No me acuerdo. Me desperté sintiendo
una tímida misión a este mundo.
Eso es quizá nuestra vida presente:
pocas certezas, tanto interrogante,
falta de seguridad,
precariedad en todo…
La existencia cambiante que llevamos
con el tesoro en vasijas de barro.
Tú nos envías. Mejor dicho: Tú nos traes.
La llamada precede a mi respuesta.
Tú nos equipas con lo necesario:
pizca de amor cargada de energía,
misericordia que lo cambia todo,
cada día una nueva oportunidad.
Me haces saber que estoy aquí para algo.
Sin forzarlo, das un rumbo a mi vida:
una tímida misión a este mundo.
Alberto Núñez, sj

Texto

1Dios de los padres y Señor de misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
2y en tu sabiduría formaste al hombre,
para que dominase sobre tus criaturas,
3y para regir el mundo con santidad y justicia,
y para administrar justicia con rectitud de corazón.

4Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
5porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.

6Pues, aunque uno sea perfecto
entre los hijos de los hombres,

sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.

9Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.

10Mándala desde tus santos cielos,
y de tu trono de gloria envíala,
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.

11Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor.

Sb. 9, 1-11

Canto: Bless the Lord my soul

EUCARISTÍA

Canto de entrada: Laudate omnes gentes

Monición

“Recuerda. La memoria es importante, porque nos permite permanecer en el amor, recordar, es decir, llevar en el corazón, no olvidar que nos ama y que estamos llamados a amar. Sin embargo esta facultad única, que el Señor nos ha dado, está hoy más bien debilitada. En el frenesí en el que estamos inmersos, son muchas personas y acontecimientos que parecen como si pasaran por nuestra vida sin dejar rastro. Se pasa página rápidamente, hambrientos de novedad, pero pobres de recuerdos. Así, eliminando los recuerdos y viviendo al instante, se corre el peligro de permanecer en lo superficial, en la moda del momento, sin ir al fondo, sin esa dimensión que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos. Entonces la vida exterior se fragmenta y la interior se vuelve inerte…. en la fragmentación de la vida, el Señor sale a nuestro encuentro con una fragilidad amorosa que es la Eucaristía. En el Pan de vida, el Señor nos visita haciéndose alimento humilde que sana con amor nuestra memoria, enferma de frenesí…
Por eso, nos hace tanto bien el memorial eucarístico: no es una memoria abstracta, fría o conceptual, sino la memoria viva y consoladora del amor de Dios. En la Eucaristía está todo el sabor de las palabras y de los gestos de Jesús, el gusto de su Pascua, la fragancia de su Espíritu. Recibiéndola, se imprime en nuestro corazón la certeza de ser amados por él.”

Acto penitencial

Te pedimos perdón Señor por nuestros miedos:

Por ese miedo aprendido racionalmente, que nos impide desplegar nuestras posibilidades de verdadera humanidad. Este miedo artificial que, en lugar de defender, paraliza.

Por ese miedo, que es consecuencia de creernos ser lo que no somos y que nos hace apegarnos a una quimera inconsistente.

Por ese miedo que  procede de anhelar lo que no podemos conseguir o por el temor de perder lo que tenemos.

Por el miedo a morir: a perder con la muerte, lo que teníamos que aprender a abandonar durante la vida: lo que hay en nosotros de contingente, de individual, de terreno, de caduco, de egoísmo.

Preces

Dios no es la garantía de que todo va a ir bien, sino la seguridad de que Él estará ahí en todo caso. Ayúdanos a vivir confiando en ti.

Los miedos, que no son fruto del instinto, son causa de la ignorancia. Si conociéramos nuestro verdadero ser, no habría lugar para esos miedos.

Ayúdanos a vivir confiando en ti.

La confianza no surge de un voluntarismo a toda prueba, sino de un conocimiento cabal de lo que Dios es en nosotros. Aceptar nuestras limitaciones y descubrir nuestras verdaderas posibilidades, es el único camino para llegar a la total confianza.

Ayúdanos a vivir confiando en ti.

La confianza es la primera consecuencia de salir de uno mismo y descubrir que mi fundamento no está en mí. El hecho de que mi ser no dependa de mí, no es una pérdida, sino una ganancia, porque depende de lo que es mucho más seguro que yo mismo. Mi pasado es Dios, mi futuro es el mismo Dios; mi presente es Dios y no tengo nada que temer.

Ayúdanos a vivir confiando en ti.

Jesús nos invita a no tener miedo de nada ni de nadie. Ni de las cosas, ni de Dios, ni siquiera de nosotros mismos.

Ayúdanos a vivir confiando en ti.

Unámonos a la oración de toda la Iglesia, de los grupos que estarán revisando su trabajo, por las personas que sufren en soledad, por las víctimas de la injusticia que destruye tantas vidas inocentes… que la confianza en Dios Padre-Madre, la cercanía de Jesús y la fortaleza del Espíritu llegue a ellos, a través de tantas personas de fe que hacen de esa misión el proyecto de su vida. Ayúdanos a vivir confiando en ti.

Canto de comunión: Nada te turbe

Acción de gracias

La Eucaristía forma en nosotros una memoria agradecida, porque nos reconocemos hijos amados y saciados por el Padre; una memoria libre, porque el amor de Jesús, su perdón, sana las heridas del pasado y nos mitiga el recuerdo de las injusticias sufridas e infligidas; una memoria paciente, porque en medio de la adversidad sabemos que el Espíritu de Jesús permanece en nosotros. La Eucaristía nos anima: incluso en el camino más accidentado no estamos solos, el Señor no se olvida de nosotros y cada vez que vamos a él nos conforta con amor.
Y ahora, viviendo la Eucaristía, adoremos y agradezcamos al Señor por este don supremo: memoria viva de su amor, que hace de nosotros un solo cuerpo y nos conduce a la unidad. Te damos gracias, Señor.

Canto final: Magníficat