Nos dirigimos a vosotr@s (Pepe, Carlos, Miguel y Roberto) deseando que os encontréis bien de salud y al menos en esa tensión esperanzada de quienes aun viendo el sufrimiento generado por la situación que nos ha tocado vivir, intuyen, aunque sea de modo muy borroso que otro modo de vivir, de entender el mundo, las relaciones, la economía, la política o la profesión esta germinando, insisto! Entre fuertes dolores de parto, que nos decía Pablo, pero imparable.

El Papa Francisco insiste en que no nos roben la esperanza. ¡En este tiempo de Covid-19 y de pascua, la esperanza debería de ser un derecho fundamental de todas las personas y de toda la creación!

En medio de la fragilidad de nuestro movimiento intuimos que esta situación de crisis nos debería de reforzar en nuestras convicciones compartidas fundamentales: podemos ser personas creyentes y profesionales generadores de esperanza en medio de nuestros entornos. Lejos de pensar que somos unos ingenuos en nuestros planteamientos, se pone de relieve, una vez más, que la propuesta que hacemos es necesaria y apunta a modo de vivir y de ser profesional más plenamente humanos y por lo tanto más en sintonía con el Evangelio.

¡Después de un tiempo de descoloque, como les paso a aquellos que iban hacia Emaús, nos queremos poner en marcha en dirección a Galilea! Para desde la experiencia de encuentro personal con Jesús Resucitado, encontrarnos con todas esas personas en nuestro barrio, en nuestra parroquia, en nuestro espacio de trabajo, que necesitan de nosotr@s para superar la tentación del desaliento y ponerse manos a la obra.

Como Equipo Permanente nos ponemos también en marcha, para dinamizar el movimiento y tratar de acompañaros a cada una de vosotras y vosotros con los que nos sentimos compañer@s en el camino de la vida, colegas en la profesión, y herman@s en la fe.

Tendremos que idear nuevos modos, para este tiempo nuevo, de caminar junt@s. Probablemente no podamos celebrar nuestra sesión de estudios en las fechas que estaban previstas y menos aún de manera presencial. Siempre lo podremos hacer más adelante, iremos viendo.

Lo que si desde el Equipo Permanente hemos pensado es convocar (os llegara información detallada) una comisión general que celebraremos con una persona de cada diócesis de modo digital. El objeto de dicha comisión general seria doble: tomar el pulso al movimiento en cada diócesis, saber cómo estáis cada persona, cada equipo, y teniendo en cuenta esa fotografía esbozar estrategias de acompañamiento, líneas de avance, tareas…

Os enviamos a cada una de vosotras y vosotros un abrazo muy muy fuerte.

El equipo permanente (Pepe, Carlos, Miguel y Roberto)

1 de mayo de 2020

“Más aún: nosotros necesitamos tener esperanzas –más grandes o más pequeñas–, que día a día nos mantengan en camino. Pero sin la gran esperanza, que ha de superar todo lo demás, aquellas no bastan. Esta gran esperanza sólo puede ser Dios, que abraza el universo y que nos puede proponer y dar lo que nosotros por sí solos no podemos alcanzar. (…) Sólo su amor nos da la posibilidad de perseverar día a día con toda sobriedad, sin perder el impulso de la esperanza (…). Y, al mismo tiempo, su amor es para nosotros la garantía de que existe aquello que sólo llegamos a intuir vagamente y que, sin embargo, esperamos en lo más íntimo de nuestro ser: la vida que es «realmente» vida.” (SS,31) Benedicto XVI