Eucaristía de fin de curso

Eucaristía de fin de curso 

17 de junio 2021

Canto de entrada: The Kingdom of God is justice and peace, and joy in the Holy Spirit, come God and open in us the gates of your kingdom

Monición de entrada

Celebramos hoy nuestra asamblea y la celebramos con un encuentro alrededor de la mesa de la Eucaristía. Es un momento de acción de gracias como movimiento tanto si miramos hacia atrás como, también, si miramos al proyecto y a los retos que tenemos por delante. 

En el inicio de curso tuvimos la oportunidad de compartir un encuentro festivo en la mesa de la Eucaristía y también en nuestra comida compartida. 

Hoy damos gracias por ese espacio y tiempo juntos que nos permitió establecer una propuesta para el movimiento y para los equipos con la esperanza de que podríamos hacerlo. Iniciamos el camino, aunque lo tuvimos que parar. Pero, aun así, hoy es un día de gratitud porque todos seguimos aquí y porque de una forma u otra el camino vivido nos ha permitido compartir de otra manera. 

Durante el año nos hemos acompañado unos a otros en la enfermedad de los contagiados, en su proceso y en su mejoría; también, nos hemos acompañado en el sufrimiento y en la incertidumbre que todos, pero sobre todo los mayores y los que tienen mayores a su cargo, han vivido. Hemos hecho vida la propuesta de una ética de la solicitud que se ha manifestado en muchas dimensiones. 

Esta Eucaristía es también una celebración de esperanza si miramos a los retos que tenemos por delante. La etapa vivida nos ha hecho más conscientes del valor del movimiento y nos ha fortalecido en aspectos que teníamos menos cuidados. Hemos vivido el movimiento no solo como un espacio de compromiso y de revisión de vida sino como un movimiento de acompañamiento y cuidado a través de la oración, de muchos, por todos. Nos ha permitido explicitar e interiorizar que tenemos una manera de vivir y entender —y especialmente de vivir y entender el sufrimiento y el dolor— que encuentra su razón en nuestra fe.

Salimos de este curso académico cansados, pero también fortalecidos y esperanzados. Y celebramos esta Eucaristía como esa forma de compartir la esperanza.  También con el reto de no olvidar que estamos llamados a compartir esa fuerza y esa esperanza, ese ser sal del mundo con los demás.  

Preces

Señor crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.
Te lo pedimos Señor

Por todos los enfermos, desencantados y depremidos para que entre Tú y nosotros les ayudemos a estar más vivos. 
Te lo pedimos Señor

Porque seamos gente que perdona y olvida, que procura sanar relaciones y que está limpio de resentimientos y memorias enfermizas.
Te lo pedimos Señor

Señor, que todo el que se acerque a nosotros, a esta pequeña comunidad, a nuestras familias, a lo que hacemos, te intuya; te sospeche y, si es posible, te encuentre y te disfrute.
Te lo pedimos Señor

Por nuestro grupo de graduados-profesionales cristianos, aquí reunido en tu nombre: que encontremos en ellos ese sentido de pertenencia a la gran comunidad de seguidores tuyos (lo sepan o no, lo confiesen o no) repartidos por todo el mundo.
Te lo pedimos Señor

Por nuestra Iglesia, que afronta una situación compleja de conversión personal y cambio estructural profundo. Que tu Espíritu la guíe y le de fortaleza, coraje y esperanza.
Te lo pedimos Señor

Canto de comunión: Velaré contigo…

Acción de gracias

¡Un curso más, ni más ni menos! Un curso difícil y complejo viviendo con esta pandemia que ha dejado por el camino a tantas personas. Un curso en el que pensábamos inicialmente que íbamos a pasar página y nos sobrepasó la situación no sabiendo muy bien como situarnos en casi todos los frentes. Te damos gracias porque con pequeños gestos hemos podido mantener una cercanía que no ha sido física, pero sí ha estado cargada de esperanza y de nuevas oportunidades. A través de los medios con los que contábamos hemos rezado juntos, hemos compartido lecturas y hemos mantenido el interés por los demás. Al final de este camino, aquí estamos, sin nada que enturbie nuestra mirada, mirando al futuro y buscando, de nuevo, el único camino que hay para llegar a ti, Señor. Gracias por acompañarnos a nosotros, a nuestras familias y amigos en esta travesía. Gracias por lo aprendido, por sostenernos a través de nuestras incertidumbres. Seguro que salimos reforzados y llenos de tu amor infinito. Inunda nuestros corazones de amabilidad, esa actitud sobre la que tanto hemos reflexionado y rezado para regalarla allí donde estemos. Gracias, por seguir ahí, silencioso y atento porque de este modo nos revelas tu sabiduría y nos haces mejores personas. Gracias porque este grupo es una manera de hacerte presente en nuestras vidas. 

Canto final: Magnificat anima mea Dominum.