Retiro de Cuaresma. Y nuestras reflexiones personales, oraciones o frases que nos van acompañando.


Os propongo que compartamos este retiro de Cuaresma que conduce J.M. Rodríguez Olaizola. Se emitirá en directo, pero está en youtube para poderlo ver y seguir en otro momento.
Si encontráramos un hueco este fin de semana, seria una manera de avivar la comunidad de fe que somos y una oportunidad para compartir lo vivido entre nosotros, a través de los comentarios en la página. Muchos grupos lo van a seguir también…seguro que nos enriquece!!!!
Que cada día nos tengamos presentes unos a otros en la oración y en el pensamiento, con gratitud y bendición…
Un abrazo fraterno!!
Julia

6 comments

  1. Buenos días!!Propongo que en esta segunda semana de Cuaresma (y en las demás también), compartamos reflexiones personales, oraciones o frases que nos hayan inspirado.

    Sea por aquí o por el apartado comentarios de nuestra página…
    El grupo necesita esa presencia cercana que hace comunidad y la alimenta…

  2. Ecos del retiro de Cuaresma...
    La reflexión sobre el ayuno, la oración y la limosna me ha recordado una perspectiva diferente:


    El ayuno, como la privación de algo que resulta valioso para este mundo pero que me puede alejar de esta travesia por el desierto que es la Cuaresma. Necesito valor para identificar de qué he de ayunar yo…
    La importancia de no dar nada por garantizado y de educar el deseo, hacia lo que nos hace verdaderamente libres
    La consciencia de que lo que para mi es una decisión voluntaria, para muchos otros y otras ni siquiera es una opción.
    El valor de reconocer mis pies de barro, y atreverme a decir que en la vida hay cosas de las que me arrepiento
    La oración que parte de las preguntas : quien eres?, què quieres para mi y para el mundo en el que vivo? Quién soy y quien puedo ser?
    La limosna como amor práctico: darse a través de lo que tengo y de lo que soy. La limosna como actitud: decirle a otra persona, aquí estoy y compartir lo que en mi vida es oportunidad y bendición. Abrir mi vida y dejarla abierta…

  3. Una reflexión, y dos canciones, de nuestros amigos Carlos y Ana, animadores en el grupo TABGHA de los marianistas, para este 2º Domingo de Cuaresma en pandemia, con los salmos 13 y 115
    Cantos para el desierto (2º Domingo de Cuaresma en pandemia)


    ¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome?
    Caminaré en presencia del Señor
    Con los salmos 13 y 115
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    Desde nuestras dudas del
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    ¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome?
    ¿Hasta cuándo, Señor, va a triunfar mi enemigo?
    (Salmo 13)
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    a través de la certeza de Abraham
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    “Aquí me tienes” (Gén.22, 2)
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    en camino al Tabor
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    Caminaré en presencia del señor en el país de la Vida” (del salmo de hoy -115)
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    En los tiempos de zozobra son normales los reproches.
    Parece normal que en este espacio de desierto pandémico en el que llevamos caminando más de un año, se hagan presentes los reproches desde el miedo y la incertidumbre.
    En los cantos de desierto de hoy queremos compartir dos salmos, uno de reproche suplicante (13) y otro de confianza (115). De la humana desconfianza que nos invade en estos tiempos de pandemia a la certeza de Abraham en el Evangelio de hoy –“Aquí me tienes”-. Es lógico que la debilidad humana (y el miedo, mezclado con el cansancio) nos situen más en la súplica desesperada que en la confianza ciega de Abraham.
    Desde la Cuaresma pasada, prácticamente no hemos dejado el desierto de la incertidumbre, del cansancio, y por qué no decirlo, del “abandono”. Porque en algunos momentos nos sentimos abandonados y a la intemperie. Sin meta ni rumbo.
    Y llegan las tentaciones. Qué son las tentaciones, si no la perdida de la confianza en Dios.
    “¿Hasta cuando, Señor, seguirás olvidándome?” manifiesta la tentación de la desconfianza. Abraham también tuvo miedo, pero no dudó; porque “tenía fe, aunque pensara que era un desgraciado” por lo que le estaba pidiendo el Señor. El salmo que nos propone la liturgia de hoy nos habla de certezas ante las tentadoras y humanas dudas.
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    Tenía fe, aun cuando dije: / «¡Qué desgraciado soy!» / Mucho le cuesta al Señor / la muerte de sus fieles. (Salmo 115)
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    Un último autorreproche; qué fácil es tener fe cuando las cosas van bien y, en cambio, qué escasos andamos de esta virtud cuando las cosas se tuercen y nos sentimos desgraciados.
    El desierto es tiempo de tentaciones; también de reflexión, maduración y conversión.
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    “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rom.8 31b)
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    ¡Feliz domingo!

  4. Julia · ·

    Muchas gracias Jorge, por esta aportación que tanto nos conecta con nuestro estado emocional y espiritual. Una invitación a transformar las emociones y pensamientos en oración confiada
    .
    Y una pregunta al grupo:
    ¿Se podría activar un recordatorio para que nos apareciera la notificación de cada nueva entrada?
    La verdad es que puede resultar un poco contradictorio si por una parte intentamos propiciar «silencio mediático»como medida de salud mental y desierto cuaresmal y por otra, nos proponemos consultar cada día esta y otras páginas con el fin de mantener presente al grupo, estando en relación con las personas…

    Por eso me parece que el recordatorio sólo te dice que alguien ha comunicado algo, pero no te» impone» la inmediatez ni la limitación de palabras o el recurso a iconos predefinidos…esa tentación que porpician otras redes, y te va encadenando poco a poco…

  5. Buenas tardes.
    Me ha llegado mucho esta reflexión en torno al triduo Pascual... aporta miradas nuevas (al menos para mí) sobre los textos del evangelio, y al mismo tiempo las enlaza con claridad en nuestra propia vivencia...
    Julia

    https://youtu.be/qOVEJw3S71Y
    Por si puede interesar, el retiro de Toni Catala s.j.

  6. De Carlos y Ana (TABGHA)
    Cantos para el desierto (4º Domingo de Cuaresma en pandemia – 14/III/2020)
    Con el canto espiritual negro: «Go Down, Moses»
    - “Oye, Padre, el grito de tu pueblo”-

    Junto a los canales de Babilonia / nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; / en los sauces de sus orillas / colgábamos nuestras cítaras. 
    Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; / nuestros opresores, a divertirlos: / «Cantadnos un cantar de Sión.»
    Que se me pegue la lengua al paladar / si no me acuerdo de ti, / si no pongo a Jerusalén / en la cumbre de mis alegrías. (Salmo 136)
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    Cumplimos un año de pandemia y en este “4º domingo de desierto”, Domingo de la Alegría, el salmo nos muestra al pueblo de Israel, cautivo en Babilonia, “sentado y llorando -cansados- la nostalgia de Sión -la normalidad-“. Tristes y sin ganas de cantar, aguantando las provocaciones de sus opresores.
    Esa es la tentación, perder la alegría. El tiempo de desierto de la cuaresma nos invita y facilita una “purificación” o depuración de nuestras responsabilidades ante Dios y los hombres; con una gran ayuda, su escucha asegurada y su misericordia.
    “¡El pueblo gime de dolor!”, como hacía el Pueblo de Israel en sus momentos difíciles, porque Dios es paciente y misericordioso y siempre escucha el “clamor del pueblo de Israel”. Dios nunca se desentiende de los hombres; a Dios le llega nuestro clamor:
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    “El Señor le dijo: «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores; conozco sus sufrimientos. He bajado a librarlo de los egipcios, a sacarlo de esta tierra, para llevarlo a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel, (……..). El clamor de los hijos de Israel ha llegado a mí y he visto cómo los tiranizan los egipcios. Y ahora marcha, te envío al faraón para que saques a mi pueblo, a los hijos de Israel».” (Ex.3, 7-10) ________________________

    El canto que compartimos hoy es un grito en el desierto de la cuaresma –“¡Ven y sálvanos!”-; no es para pedir salir de la cautividad de la Pandemia -eso es circunstancial y no durará 70 años como la Cautividad de Babilonia-; el canto de hoy es un clamor a la misericordia de Dios ante la tentación de vivir en la oscuridad (nuestras infidelidades, nuestras desconfianzas, por nuestro egoísmo, nuestro pesimismo). Por el abandono de nuestra responsabilidad con la Creación. Una petición de ayuda para salir de la oscuridad de nuestras comodidades y nuestras cobardías.
    Si nos quedamos en la oscuridad, el desierto se convierte en cautividad.
    Que no se nos quede pegada la lengua al paladar ni las suelas en la arena; del desierto podremos salir caminando; esa es la invitación de hoy: salir de la oscuridad y caminar hacia la luz.
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     El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.» (Jn.3, 14-21)
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    En la canción de hoy, “Go Down, Moses” se hace referencia al mismo episodio que Jesús le cuenta a Nicodemo para recordarle que “la salvación está cerca” gracias al amor de Dios. Una de tantas veces que el pueblo de Israel clamó ante el peligro y experimentó que Dios es salvador, liberador.
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    “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él” (Jn.3 14-21)
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    Es una adaptación de un canto espiritual de los esclavos negros de América que tenían prohibido bailar o tocar los tambores, pero se les permitía cantar canciones colectivas en las plantaciones; no es casualidad que estas canciones siempre tocaban temas bíblicos de liberación, esclavitud y derribar muros.
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